Elige el lugar más lejos de tu ubicación actual a dónde te encantaría ir a visitar o vivir. Luego busca la distancia en kilómetros en el mapa desde donde estás ahora y ese lugar.
En la sesión anterior hablamos del arrepentimiento que es un cambio que sucede en la mente y el corazón, pero también conduce un cambio de dirección para alinearnos con los caminos de Dios. Aun con estos cambios podemos sentir que nuestro pasado y nuestros pecados nos persiguen. Sin embargo, lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz nos da perdón absoluto una vez y para siempre.
Lee estos versículos y medita un poco en ellos para tratar de dimensionar el perdón de Dios. Luego, conversa de lo que cada uno de ellos nos enseña del perdón.
De estos tres versículos de arriba, ¿cuál es el más sorprendente para ti y por qué?
¿Qué aspecto del perdón es lo más difícil para ti comprender?
¿Se te aclaró algún aspecto sobre el perdón en este video?
En tus propias palabras, ¿cómo es que la muerte de Jesús por ti te rescata?
"y perdónanos nuestros pecados, así como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros." (Mt 6:12)
21 Luego Pedro se le acercó y preguntó:
—Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien[h] que peca contra mí? ¿Siete veces?
22 —No siete veces —respondió Jesús—, sino setenta veces siete.[i]
23 »Por lo tanto, el reino del cielo se puede comparar a un rey que decidió poner al día las cuentas con los siervos que le habían pedido prestado dinero. 24 En el proceso, le trajeron a uno de sus deudores que le debía millones de monedas de plata.[j] 25 No podía pagar, así que su amo ordenó que lo vendieran —junto con su esposa, sus hijos y todo lo que poseía— para pagar la deuda.
26 »El hombre cayó de rodillas ante su amo y le suplicó: “Por favor, tenme paciencia y te lo pagaré todo”. 27 Entonces el amo sintió mucha lástima por él, y lo liberó y le perdonó la deuda.
28 »Pero cuando el hombre salió de la presencia del rey, fue a buscar a un compañero, también siervo, que le debía unos pocos miles de monedas de plata.[k] Lo tomó del cuello y le exigió que le pagara de inmediato.
29 »El compañero cayó de rodillas ante él y le rogó que le diera un poco más de tiempo. “Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré”, le suplicó. 30 Pero el acreedor no estaba dispuesto a esperar. Hizo arrestar al hombre y lo puso en prisión hasta que pagara toda la deuda.
31 »Cuando algunos de los otros siervos vieron eso, se disgustaron mucho. Fueron ante el rey y le contaron todo lo que había sucedido. 32 Entonces el rey llamó al hombre al que había perdonado y le dijo: “¡Siervo malvado! Te perdoné esa tremenda deuda porque me lo rogaste. 33 ¿No deberías haber tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?”. 34 Entonces el rey, enojado, envió al hombre a la prisión para que lo torturaran hasta que pagara toda la deuda.
35 »Eso es lo que les hará mi Padre celestial a ustedes si se niegan a perdonar de corazón a sus hermanos.
¿Cuál es la ironía del siervo que le cobró la deuda de otro siervo?
¿Cómo actuamos como ese siervo al no extender el perdón que hemos recibido a otros?